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Posted by : SooriBang 12/2/14


Capítulo 6

Podría decirse que ambos no sabían demasiado bien lo que estaban haciendo, pero en el fondo sabían que eso no era cierto. No estaban borrachos, ni enfermos, ni bajo los efectos de alguna sustancia alucinógena. Estaban plenamente conscientes de sus actos. Hoya podía notar perfectamente a su hyung encima de él, sentado sobre sus piernas estiradas mientras él continuaba con la espalda sobre la pared.

En un rápido movimiento Dong Woo se había sentado sobre Hoya, pasando las manos por el cuello y acercándose todo lo que podía, con las ropas pegadas a sus cuerpos debido al sudor y la respiración agitada. La lengua de Hoya batallaba contra la de Dong Woo, tan energética y llena de vida como él mismo, porque la del mayor quería tomar el control de aquel beso.
Ninguno ganó aquella batalla, simplemente se separaron para tomar aire mientras un fino hilo de saliva se quedaba entre ellos, ambos mirándose fijamente a los ojos, cogiendo todo el aire que podían.

Los labios podían haberse quedado quietos pero no las manos de Hoya que, hábiles y rápidas se habían colado por debajo de la camisa, levantándola y arañando los costados y la espalda haciendo que Dong Woo soltase pequeños suspiros, cerrando levemente los ojos cuando el menor se lanzó a morder su clavícula.
- Ho-hoya...- gimió de nuevo Dong Woo haciendo que el menor gruñera ante aquello, oír a Dong Woo de aquella manera era una de las cosas más placenteras del mundo, aunque estaba seguro de que lo que vendría a continuación también lo sería.

Levantó la cabeza cercionándose que había cerrado la puerta con pestillo, nunca se sabía quien podría aparecer para joder sus planes. Sus ojos se posaron en el reflejo que estaban dando en el espejo de enfrente. Podía ver perfectamente la espalda de Dong Woo con la camiseta prácticamente subida y sus propias manos acariciando toda aquella zona. Sus ojos oscuros llenos de deseo le devolvían la mirada y pensó que quería que su
hyung viese aquello, quería que viese aquella escena tan erótica.
Lo apartó con cuidado y se levantó dejando al pelirosa con la duda pintada en la cara. Lo levantó cogiéndolo de ambas manos, besándolo nada más estar a la misma altura (aunque Dong Woo fuese más bajito que él) y caminando hacia el espejo, Dong Woo de espaldas y sin dejar de besarse hasta que la espalda del mayor chocó contra el espejo haciendo que soltase un quejido que pronto se convirtió en un grave gemido cuando las manos de Hoya se posicionaron en el trasero del mayor, apretándolo hacia él, ambas entrepiernas rozándose y enviando escalofríos por sus cuerpos.

Dong Woo siempre había tenido la manía de ir tocando traseros ajenos como si fuera lo más normal del universo, incluso en un programa ya dijo que el trasero de Hoya le gustaba; pero Hoya pensó en esos momentos que el de su
hyung era el mejor de todos los traseros de Infinite. Era perfecto para sus manos, con volumen y duro después de todo el duro entrenamiento al que se sometía. Aún besándose, pasando la lengua por el labio inferior y sacando suspiros de su mejor amigo, Hoya apretó aún más ambas nalgas entre sus manos.
- Ya sabes lo que se siente cuando te tocan el trasero...- le susurró el menor pasando la lengua por los labios, estrechándolo aún más contra él.
Llegó a pensar que su
hyung iba a rendirse, pero una vez más se equivocaba. Sabía que Dong Woo no era una persona muy pasiva que digamos, era nervio; puro fuego. Lo demostró cuando sus propias manos cobraron vida y palparon todo lo ancho del trasero de Hoya, apretándolo, amasándolo y con una sonrisa divertida en el rostro.
- Lo sé perfectamente, y me encanta- le contestó mordiendo el labio del menor.

Hoya ahogó varios gemidos en el cuello de Dong Woo, alzando la vista para verse de nuevo en el reflejo del espejo y que de nuevo la idea que le había asaltado antes volviera a cobrar vida.
-
Hyung... quiero que veas una cosa...- le susurró separándose de él y haciendo que se diese la vuelta, quedando frente a los reflejos de ambos.
Las mejillas de Dong Woo se sonrojaron al verse de esa manera; la camisa prácticamente fuera, los labios rojos al igual que sus mejillas, ojos oscuros por el deseo, despeinado y con restos de saliva por todo el cuello. Por no hablar de la evidente erección en sus pantalones.

Las manos de Hoya pasaron de sus caderas a los abdominales del mayor, rozándolos suavemente en una caricia subiendo lentamente hasta llegar a sus pezones, pellizcándolos y haciendo que Dong Woo soltase más gemidos, revolviéndose entre sus brazos.
La mano izquierda del menor se quedó allí, torturándolo un poco más mientras la derecha volvía a descender yendo al borde de los pantalones.
- Tienes que quitarte esto, ya- dijo en un gruñido de protesta que hizo que una pequeña sonrisa apareciera en el rostro de Dong Woo, con los ojos cerrados mezcla del placer mezcla de la vergüenza que le daba verse a sí mismo en aquel estado.
El pelirosa no se quedó atrás, moviendo una de sus manos hacia la entrepierna de Hoya metiéndola sin demasiada dificultad dentro de los pantalones del chándal, acariciando toda la longitud sobre la tela y haciendo que Hoya apoyase su frente en el hombro del mayor.
- Mi-mierda, Dong Woo
hyung... para...- jadeó cogiendo la muñeca del mayor para que detuviese aquel roce o terminaría antes de empezar con la diversión.
La sonrisa de victoria en los labios de Dong Woo desapareció en el mismo momento en el que Hoya le bajó los pantalones del chándal que usaba para los ensayos de baile y se pegaba aún más a él, pudiendo notar perfectamente la erección del menor frotarse contra el trasero del pelirosa haciendo que este contuviera más gemidos y jadeos.

Se dedicó a tocar suavemente los abdominales, torturando al mayor cada vez que se acercaba al borde de su ropa interior, pasando de largo y yendo a perderse por la cara interna de los muslos.
Los ojos de Dong Woo estaban fuertemente cerrados, muriéndose de la vergüenza cada vez que los abría y veía la estampa justo frente a él.
Hoya sonrió cuando el rapero se retorció en sus brazos en el mismo momento que acarició apenas perceptiblemente su erección, pasando de nuevo de largo y yendo a perderse a los abdominales marcados.
- Hoya... por favor...- murmuró Dong Woo dejando escapar un par de jadeos cuando abrió la boca para hablar.
- Lo haré si abres los ojos- contestó divertido al ver la escena frente a él.
El pelirosa se resistió, abriendo primero un ojo pero cerrándolo rápidamente al ver que Hoya no le quitaba la vista de encima, con aquella sonrisa tan erótica plasmada en su rostro.
A la tercera caricia superflua sobre su erección el mayor se rindió, abriendo ambos ojos y fijándose en la sonrisa de victoria que Hoya portaba.
- Buen chico
hyung...- le felicitó al mismo tiempo que metía su mano, cogiendo el miembro del mayor y empezando a acariciar todo lo largo del mismo.
Dong Woo estuvo a punto de cerrar los ojos pero una fuerte presión en su miembro le hicieron abrir los ojos.
-
Hyung, tienes que mirar...
- Eres un pervertido- le gruñó con la vista perdiéndose por momentos.
- Lo sé, pero tú no te quedas atrás...
- Hoya, si sigues así...
- Pero
hyung, estás tan duro y sensual, las vistas no podrían ser mejores, fíjate...- le susurró en su oído mientras mordía el lóbulo y con la mano izquierda terminaba de bajar la ropa interior, la derecha aún masajeando el miembro más que despierto de Dong Woo.
Este contuvo un nuevo gemido y se revolvió en el agarre del menor, si continuaba así iba a terminar antes de hora y quería disfrutar al máximo de aquello.
Además, sabemos que Dong Woo no es una persona que pueda quedarse quieta demasiado rato, y lo comprobamos cuando haciendo acopio de toda su fuerza se soltó del agarre de Hoya, poniéndose de rodillas y empezando a bajar el pantalón del chándal que el otro llevaba.
Aquello solo era el principio.





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